domingo, 15 de junio de 2008

SOY MAESTRA PARA TODO - NO PUEDO DEJAR DE GRITAR CUANDO UN HOMBRE O MUJER DA CON MI PUNTO G, Y ME VUELVEN LOCA PORQUE TENGO ORGASMOS MUY REPETIDOS Y


SOY MAESTRA PARA TODO - No puedo dejar de gritar cuando un hombre o mujer da con mi punto G, y me vuelven loca porque tengo orgasmos muy repetidos y encadenados, una ocasion tuve mas de 15 en 10 minutos

SOY MAESTRA PARA TODO No puedo dejar de gritar cuando un hombre o mujer da con mi punto G, y me vuelven loca porque tengo orgasmos muy repetidos y encadenados, una ocasión tuve más de 15 en 10 minutos

Soy de España y soy profesora de Cultura Clásica, mido 1,70, tengo buenas piernas, firmes, porque nunca me ha gustado la flaccidez y me he esforzado por evitar ciertos alimentos, buenos pechos, aunque no tuve hijos en mi matrimonio pero mi talla es 100 C de completa. Tengo aureola rosada como dos centímetros de radio de circunferencia y mis pezones aún en reposo destacan si me pongo un sujetador un poco transparente sobresalen y se nota un bultito, lo que hace que parezca que estoy excitada permanentemente, lo cual no es cierto aunque soy muy ardiente.

Cuando me excito mis pezones sobresalen como 1,5 cm y se ponen gordos y duritos, eso me sucede cuando hago el amor y tengo un orgasmo, también cuando me estimulo con las manos o me besan y chupan los pechos. Por lo demás mi cintura es de 65 cm, o sea que no estoy nada mal, buenas caderas 110 cm, el culo respingón y blanquito, muy suave y dicen que da mucho placer acariciarlo. Mi entrepierna está semi depilada, el vello es de un color castaño claro, tirando a pelirrojo, muchos me han dicho que nunca habían visto ese tono en el coño pero he podido ver en esta página fotos de chicas con color mucho más rojo y llamativo. Los labios vaginales prominentes, por eso tengo que llevar bragas o ropas que no abulten en esa parte porque ya tengo el monte muy abultado, a mi madre le pasaba lo mismo, es cosa de familia.

Mi clítoris tiene un capuchón oscuro que cuando se despierta rivaliza con algunos penes, sobresale y se puede ver entre mi vagina y descarga una abundancia de un flujo blanquecino y muy caliente, algunos hombres se han sorprendido agradablemente al estarme penetrando y rozando el botoncito, se han admirado y han eyaculado poco después de recibir mis flujos en gran cantidad, alguno ha pensado que tengo mal la retención de orina pero es que soy un poco especial cuando orgasmo.

Además no puedo dejar de gritar cuando un hombre o mujer da con mi punto G, un lugar que algunos han encontrado y casi me vuelven loca porque tengo orgasmos muy repetidos y encadenados, una ocasión tuve más de 15 en 10 minutos.

Pues bien tras esta larga descripción les contaba el otro día que lo hice con un alumno en mi casa, soy muy ardiente y desde que murió mi marido solo me podía meter dedos, pepinos y consoladores pero echaba de menos algo con vida, con venas, cálido, sobre todo un muchacho joven y virgen.

Mi alumno aunque le dije no dijera nada se lo contó a su clase y en todos observaba un cachondeito al entrar, me miraban al culo y las tetas de un modo descarado, me pedían cogiera cosas del suelo para que al agacharme se fijaran en mi culo en mi espalda, en mi escote y pechos al bajar. A mí me gusta la ropa sexy y no por eso iba dejar de usarla, de hecho fui a Zara y compré varios juegos de medias con liguero y otras con goma elástica superior, casi todas negras algunas con forma de red y compré varios juegos de zapatos negros con tacón, minifaldas de cuero que mostraban mis piernas y con abertura que al andar llegaban casi hasta mis bragas, compré braguitas tipo tanga de colores negro y rojo, piel de leopardo, con encajes, transparentes, sujetadores pequeños tipo wonderbra para que resaltaran más mis pechos, algunos era casi transparente y otros tenían una abertura en la zona del pezón, de manera que con cualquier blusa se marcaba mucho los pezones como si no llevase nada debajo y estuviese muy caliente.

Me gustaba la sensación de que los muchachos pensasen que me calentaba viéndolos ahí a mi merced, que podía hacer lo que quisiera con ellos, que si no pasaban por mi entrepierna no iban a aprobar. De hecho Jorge desde ese día sacó sobresaliente en la asignatura y casi todos suspendían, ya sabían lo que tenían que hacer, follar conmigo si querían salir adelante. Me gustaba sentarme encima de sus mesas de manera que con la minifalda que se me subía cerca de la entrepierna dejara ver mi entrepierna, mis bragas tanga, primero con las piernas juntas pero luego las iba abriendo poco a poco.

Era alucinante mirarles la cara, se les caía la baba, no podían concentrarse, si les hacía una pregunta estaban mudos y con los ojos como platos. Hasta las muchachas


creo que me deseaban, tenían síntomas parecidos que los muchachos y pude detectar algunas muchachas que si no eran lesbianas seguro que lo habían hecho con alguna muchacha porque se llevaban la mano a su braga y se acariciaban el coñito al verme en esa pose tan erótica.

Me gustaba pedir a uno de ellos que me ayudase a bajar de la mesa, le daba la mano y dejaba que se acercase mucho y me rozase con sus piernas, él quedaba hipnotizado por mis pezones que se entreveían por mi blusa y me miraba al culo, mientras le daba las gracias sonriente con una caricia en su cara. Nadie faltaba a mis clases, algunos de la clase de al lado querían verme, se llenaban los sitios vacíos y miraban por el cristal transparente de la puerta. Cuando terminaba la clase, los chicos se agolpaban en mi mesa para preguntarme cosas simples, querían acercarse a mí para verme de cerca los pechos, el sujetador, las medias, bragas, piernas y culo. Jorge venía todos los martes y tenía sexo conmigo pero los demás estaban muy cortados y no sabían como hacer para que les citara en mi casa.

A todo esto en la sala de profesores llegaban rumores de que algo pasaba conmigo, que se habían doblado ese año las matrículas de Cultura Clásica y que mis clases estaban de bote en bote. También notaron mi cambio de imagen.

Siempre me ha gustado ir bien vestida pero eso era ya un poco provocativo.

Por la calle me piropeaban y algunos me decían que cuanto era para pasar un rato conmigo, creo que pensaban que era una puta y se quedaban boquiabiertos cuando entraba en la sala de profesores del instituto. Llegó ese año una nueva profesora de Tecnología que se llamaba Bea, era de unos 30 años, alta, guapa, rubia, sus medidas 95-60-95. Era todo un bombón y los hombres se paraban a su paso.

Muy simpática y enseguida se hizo muy amiga mía. Yo noté que le caía bien y que me miraba a los pechos y al culo. Me decía que le gustaba la forma de mi cuerpo que qué hacía para lograrlo, que le dijera el secreto. Una tarde la invité a mi casa para tomar algo y ver una película juntas, no le dije que había alquilado una porno por si era violento para ella, sería una sorpresa. Pero eso lo contaré en otra ocasión...

Soy Doloresxxx me interesa la opinión de los profesores en relación con sus alumnos o alumnas, no sé si lo que a mi me pasa es único o está más extendido de lo que parece. También quisiera saber si los alumnos tendrían sexo con sus profesoras si estas se los pidieran y sería una materia más de estudio y aprendizaje.

Por último me gustaría saber si a las mujeres que lean esto les ofende o les excita, especialmente si tengo la suerte de que alguna otra profesora lo lea, me diga su opinión sincera si cree que las relaciones sexuales en el instituto tienen cabida entre profesores, alumnos con profesores y personal de servicio del instituto, porteros y conserjes.

Quizás se podría poner una sala para tener sexo libremente en el instituto con sofás y camas, tal como hay cafetería o billares o sala de ordenadores, no sé es una idea que se me ocurre.

Por favor, díganme alguna sugerencia para orientar mi nuevo relato de sexo entre dos profesoras.

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