miércoles, 11 de junio de 2008

MI MADRE, MI AMANTE - MI MADRE SINTIO QUE YO ESTABA POR EXPLOTAR, ABRIO SUS PIERNAS, LEVANTO SU CADERA PARA QUE SU ORIFICIO ANAL RECIBIERA TODO MI S

MI MADRE, MI AMANTE - Mi madre sintio que yo estaba por explotar, abrio sus piernas, levanto su cadera para que su orificio anal recibiera todo mi semen y con toda suavidad acabe como un rey
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dentro del culo de mi madre

MI MADRE, MI AMANTE Mi madre sintió que yo estaba por explotar, abrió sus piernas, levantó su cadera para que su orificio anal recibiera todo mi semen y con toda suavidad acabé como un rey dentro del culo de mi madre

Si bien esta historia es algo extensa, les aseguro que vale la pena leerla hasta el final, la misma es verídica, contemporánea y además les contaré en detalles como la he vivido y como hoy día lo disfruto.

Si alguno de los lectores está en duda de tomar la iniciativa de tener una relación amorosa con su madre, si hay onda entre ustedes, las circunstancias son las adecuadas y viven una situación similar a la mía, les aseguro que además de pasarla muy bien, pueden encontrar el mejor sexo de su vida. Les recomiendo que no se pierdan la oportunidad, si las circunstancia de la vida se dan, de explorar esta experiencia.

Mi madre Sofia, es una mujer de 45 años sumamente atractiva, profesora de danzas, ex bailarina de un famoso teatro de revistas. Mientras estuvo casada con mi padre se sometió a varias operaciones estéticas por su trabajo de artista y además para complacer a mi padre. Ella se casó con mi padre muy joven y un poco apurados porque había quedado embaraza de mí.

Hoy día, descubrí que él, más que una esposa quería tener una modelo de revista porno a su lado y mi madre para complacerlo se sometió a todas las cirugías necesarias. Ustedes ya conocen estas operaciones, ahora mi madre tiene unos pechos bien firmes, con unos pezones redondos y marcados, su piel es suave, sus glúteos y cola son bien formadas, sus labios carnosos y sus piernas parecen de una mujer de 25 años, por la gimnasia que hace en sus clases de danza. Gracias a sus cuidados y cirugías, les aseguro que mi madre es toda una diosa, tiene un cuerpo fantástico, agradezco a mi padre por su visón, El lo pago y ahora yo lo disfruto.

Después de 5 años de estudiar en el exterior, regresé a la casa de mis padres, con la diferencia que desde hacía 8 meses, ellos estaban separados. Así que ahora comparto la casa con mi madre y mi hermana. Mi nombre es Ariel, tengo 23 años de edad, mido 1,80mts y según dicen las mujeres soy bien parecido, de cuerpo muy atlético, además la naturaleza me ha dotado con buenas medidas de genitales.

Durante estos últimos meses, luego de la separación de mi padre, la vida junto a mi madre es relajada y divertida, Ella es una mujer muy seductora y eso me encanta, por momentos parece más mi novia que mi madre. Si tomamos en cuenta que acabo de llegar de mi viaje de estudios, y de no haber compartido mi adolescencia junto a ella, excepto en mi época de vacaciones, cuando veo el hermoso cuerpo que tiene me re-calienta. Les confieso que he tenido erecciones cuando mi madre o mi hermana se pasean dentro de la casa con esas súper tangas o hacen top-less tomando sol.

Con mi madre hemos tenido muchas veces conversaciones de sexo y hay momentos que hasta tuve ganas de encararla y si bien en varias ocasiones nuestros besos (de buenas noches) casi rozaban los labios, como buscando algo más y en otras situaciones se mezclaban posturas y situaciones sensuales, compartiendo caricias y abrazos, nunca me animé. La pasada semana, siendo una noche, muy calurosa al pasar por la suite de mi madre y al estar su puerta (entre-abierta), mi curiosidad me llevo a observarla. Ella estaba con una diminuta tanga y colocándose unas medias negras con ligas, les aseguro que en ese momento mi pene creció en forma rápida.

A los pocos minutos, se acerca a mi habitación para decirme que no la espere a cenar porque iba a salir con un amigo del instituto. Solo la observe y quede impactado lo hermosa que estaba, vestía muy sexy y provocativa. Espiando por la ventana mi di cuenta que su amigo no tendría más de 30 años, lo cual me produjo muchos celos, además de descubrir que a ella le gustaban los hombres jóvenes. Esa noche esperé despierto a su regreso que fue a los 5 de la madrugada.

A la mañana siguiente, mientras desayunábamos no pude contener mi furia y la sometía a un planteo verbal muy fuerte. Parecía más su esposo que de un hijo. La había tratado muy mal, Mi madre solo me miraba sin emitir palabra alguna y para rematarla le dije como se podía haber acostado con este hombre tan joven y casi


desconocido (al menos eso era lo que yo pensaba). Ella se acerca hacia mí y me colocó un beso directo en mi boca y solo me dijo:

Ariel no es lo que tú piensas, no he hecho el amor con nadie, desde hace 8 meses que me separé de tu padre y además me encanta que tengas celos por mí. En ese momento, sin pensar me di cuenta que mi madre me calentaba más que cualquiera de todas mis amigas con las cuales tenía sexo regularmente... No habiendo pasado tres días de este evento, y siendo un viernes por la tarde, recibo un llamado a mi celular. Era mi madre para invitarme a pasar dos días en un spa, en un hotel con cabañas, que se encuentra a dos horas de la ciudad y que tiene un elegante restaurante al lado de un lago, al cual solíamos ir a descasar en otros tiempos

Acepté sin pensar y quedamos de encontrarnos para cenar Esa noche siendo las 7.40 ya me encontraba en la mesa esperando a mi madre, cuando aparece Ella, al principio no la reconocí, dude si era mi madre, lucía distinta, como una mujer más joven, enfundada en un vestido negro sumamente escotado, luciendo su voluminoso busto, sus piernas con medias negras, ( lo cual me re-calienta y ella lo sabe), además llevaba una peluca de pelo corto rojizo y sus ojos eran de color azul, hasta sus zapatos con tacos tipo aguja, resaltaban su cuerpo. Todas las miradas de los hombres del lugar se posaron en ella, Apenas se sentó, me miró a los ojos, tomó mis manos y me dijo, mira Ariel:

Te invito que no estemos más peleados, hagamos las pases y pasemos una noche inolvidable, dejemos de lado que somos madre e hijo y disfrutemos de nuestro fin de semana…Casi tartamudeando, dije: por supuesto madre y sin quitarle los ojos agregué: no puedo creer lo hermosa que estás, tu cuerpo, tu pelo, esos ojos, me encanta como lucen tus piernas con esas medias.

Ella con una mirada muy seductora responde, me coloqué el portaligas solo para vos, sé que te gusta y te excita y desde ahora, no me llames más madre, además me he vestido así, tan provocativa para que me disfrutes

Ella fue directa, estaba dispuesta a que tengamos sexo. Lo que yo había esperado tanto tiempo y nunca me animé a decirle. Disfrutamos la cena rápida, ambos sabíamos que la comida era solo una excusa, aunque nos disfrutamos varias copas de buen vino y algunos tragos más fuertes. Al terminar el postre mi madre algo ya alegre por el alcohol me dice:

Sabes que alquilé una cabaña para pasar la noche, ¿te parece si la compartimos?

Esa fue la mejor invitación que recibí de parte de una mujer, en el camino hasta la habitación fue la primera vez que la tomé de la cintura en un apartado del camino, apreté su cuerpo hacia el mío y le clavé un beso con toda mi lengua, el cual ella aceptó y respondió. Llegamos a la cabaña, tenía una vista al lago, sumamente romántica e iluminada solo con la luz de unas pocas velas de color.

Debido a la escasa luz, solo se veían las sombras de nuestros cuerpos, los rasgos de nuestras caras era algo borroso, todo estaba perfecto. Mis ojos veían en las sombras un hermoso cuerpo de mujer, pero no veía la cara de mi madre, ya dentro de la habitación sin perder tiempo, en una pose muy sensual se me acerca y tomando con sus manos mi cara, me murmura al oído algo así como:

Quiero sentir a ese hombre tan celoso que tengo en casa, quiero desde ahora ser tu amante.

Sus besos comenzaron a acariciar mi cuerpo, nuestras lenguas se juntaron y sus manos comenzaron a desnudarme, mi corazón latía, mi pene ya explotaba, Ella me acaricia el bulto, yo no sabía que hacer, hasta que me hizo sentar en un sillón que estaba al costado de la cama, así lo hice, ya todo desnudo y con mi pene bien erecto, mi madre se desnudó muy lentamente frente a mi. Me estaba haciendo una función privada, poco a poco se sacaba su vestido y con otra mano se colocaba un aceite con un aroma muy agradable por su cuerpo. En pocos segundos se quitó su vestido negro y ahí encontré a toda una mujer, que cuerpo, que tetas, estaba parada frente a mí, con esos pezones grandes y redondos, con un portaligas con medias negras enrejado, calzada con esos zapatos bien altos.

Me olvidé que frente a mí estaba mi madre, había poca luz, lo cual favorecía la situación, se acercó al sillón y en una pose muy sensual comenzó muy lentamente a besar mi pene.

Que placer, que bien lo hacía, fueron pocos segundos, pero su lengua recorría todo el glande, ambos parados n

os tocamos todo, disfruté de cada uno de sus pezones, que tetas... que piernas... que cola bien parada, divina. Ella solo obedecía a mis movimientos, me acompañaba, estaba relajada y gemía, lo cual a cada segundo me calentaba más y más. Mi cabeza no paraba de pensar, la recosté sobre la cama, abrí sus piernas, quité la diminuta tanga que nos separaba y comencé con mi lengua a besar toda su depilada vagina, parando en su clítoris, la hacía gozar, la chupé por más de diez minutos, ella tuvo varios orgasmos, como gemía, todo era perfecto.

No tardamos en hacer un 69, ella acostada y yo arriba, luego lo nos dimos sexo oral de costado, como gozamos en esa posición, su boca recorría todo mi pene, me masturbaba y yo con mi lengua lubricaba su vagina y ano.

Ver a mi amante, (mi madre) extendida con su sensual cuerpo en esa cama, sus espléndidas tetas y luciendo sus piernas con el portaligas y sus medias todavía colocadas (como siempre yo lo había soñado). Ella solo espera con sus piernas abiertas que yo la cogiera y no la hice esperar, ella ya estaba lista. Su vagina estaba empapada, con mis dedos no dejaba de acariciar su clítoris, ella jadeaba y gozaba. Hasta que me dijo:

Mi amor cógeme, cógeme, estoy lista…

Me arrodillé en la cama, abrí sus piernas sin quitarle sus zapatos y coloqué sus piernas en mis hombros, le besé cada centímetro y coloqué la punta de mi pene, en la entrada de su vagina, sin penetrarla, eso la volvió loca, y con movimientos muy lentos poco a poco, la penetré, (como disfrutaba cada centímetro, fue total el clímax de goce), esos primeros segundos con solo pensar que me estaba cogiendo a mi madre, me re-calentaba. Sofia con toda clase y estilo comenzó a mover su cintura, y se introducía mi pene, más y más adentro, que placer, me estaba cogiendo a mi madre. Ella conducía los movimientos, yo solo la miraba y disfrutaba de sus tetas. Como cogimos, que sincronización, fue algo especial, ella hizo todo, como movía su cintura, con tanta suavidad, apretaba su pelvis en mi cadera y evitaba que acabemos, para seguir disfrutando.

Cogimos cercano a los 20 minutos, combinamos varias posiciones, disfrutamos cada momento, hasta que se arrodilló de espaldas y colocó su tremenda cola frente a mí, luego se agarró con sus manos del cabezal de la cama, (como si le hubiese atado de manos). Yo detrás de ella, abrí sus nalgas y la volví a penetrar en esa posición, Ella era una toda una gata en celo, como la gocé esos últimos minutos, con mis manos agarrando sus tetas, nuestras bocas fundidas en sus lenguas y cogiéndola con toda mi fuerza, golpeando sus nalgas con mis empujones, le tenía clavado hasta el final de su vagina toda la extensión de mi pene. Nos decíamos cosas, de todo lo que se pueden imaginar, hasta que juntos acabamos, y todo mi semen terminó dentro de ella. Fue el mejor acto sexual que había experimentado en mi vida. Lo había hecho con mi madre, y como lo gozaba

Por unos minutos descansamos, ella se quitó sus medias y portaligas y toda desnuda se colocó en mi pecho para confesarme, que esta había sido la primera vez que tuvo relaciones sexuales desde que se había separado de mi padre. La interrogué respecto de su amigo de la última noche y me confesó que fue a la cita con toda la intención de cogerlo, pero que no pudo hacerlo, ya que solo pensaba en tener sexo conmigo desde que había regresado de mis estudios.

Ese relato me volvió a calentar, estando ambos acostados, comencé a besar su cuello, con mi mano acariciaba sus pezones y con algunos de mis dedos volvía a introducirlos en su vagina. Estaba todavía muy excitado y querría tener más sexo, esa mujer me enloquecía. Su cuerpo era mejor que una artista porno y eso me excitaba. Ella se percata que mi pene estaba tomando forma y la muy puta se colocaba boca abajo, levanta su cola bien redonda, coloca una almohada debajo de su cintura y me pide que la masturbe por el ano.

Por mi cuerpo pasaban una mezcla de sentimientos, me calentaba, me gustaba cogerla, la amaba, pero me gustaba su cuerpo, sus curvas, me calentaba como ninguna otra mujer. Me coloqué sobre su espalda, de rodillas, coloqué la punta de mi pene en su orificio anal (sin penetrarla), pasé una de mis manos por debajo de ella para alcanzar su vagina y masturbarla, abrí sus piernas y con mi lengua comencé a besar y chupar su orificio anal. Ella comenzó a jadear muy despacio, y so

lo decía:

Así, Así, me gusta, que placer, así, así, más adentro, despacio, que lengua hermosa, cómeme el ano poco a poco, haceme gozar…

Que momento, Ella abría más sus nalgas, primero fue mi lengua, luego uno, dos, tres, cuatro dedos entrando y saliendo de su ano, mientas que mi pene estaba listo para una nueva cogida. Cuando me murmura al oído:

Mi amor, sabes que me hice varias estéticas, y mi cola esta sensible, hacelo muy despacio.

Se imaginan mi madre pidiendo que le haga sexo anal, que belleza, para suavizar la relación, me coloqué un poco de gel en la cabeza de mi pene y en su orificio anal, la tomé de la cintura y con toda delicadeza coloqué el glande en su orificio. Que momento... que placer... que sensación extrema, cogiendo a mi madre por el culo.

Apenas la penetré ella gritó, el glande se desplazó hacia dentro, gracias al gel, estaba bien lubricada, la penetración fue perfecta, solo disfrutaba y sentí otro grito entre placer y dolor que salió de su boca, luego no paró de gemir hasta que la terminé de coger. Fue fabuloso, estar cogiendo con una mujer que no paraba de jadear, cada vez que la escuchaba me calentaba más, me acompañó con sus jadeos durante los 10 minutos que le hice la cola. De a poco fui desvirgando ese culo, mi pene sentía como le estaba abriendo toda la cola. Su canal estaba muy estrecho y eso me calentaba más, con solo pensar que esa cola estaba siendo mía. A ella la volvía loca, sentirse como una mujer joven y bien cogida Cuando le había colocado la mitad de mi pene y empezaba a bombearla con fuerza, me mira y me dice:

Mi amor bésame, bésame, dame tu lengua, que me estoy viniendo, acabo, acabo, cógeme así, más, más, me vengo, acabo, seguí así, que placer.

En esos instantes, estando ambos en el punto máximo, no dude y de un solo golpe le introduje la otra mitad de mi pene hasta el fondo de su culo, su músculo y canal se dilataron más y sentí como sus gemidos aumentaron. La sensación era hermosa, como gozaba. Ya poseídos, sin parar comencé a bombear y bombear, le estaba dando duro, podía sentir como ella ya estaba acabando, solo la quería hacer gozar más.

Ella era un grito de placer, jadeaba y gritaba, ambos disfrutamos, cuando llegó el momento final, Sofía (mi madre), sintió que yo estaba por explotar, y para acompañarme en mi acabada abrió sus piernas, levantó más su cadera para que su orificio anal recibiera todo mi semen y con toda suavidad acabé como un rey dentro del culo de mi madre. (La tuve dentro de su culo por varios minutos, quería inmortalizar ese momento). Mi madre me disfrutaba con pequeños movimientos con sus caderas.

Les confieso que fue la mejor cogida de mi vida, hasta ese momento. Que mujer. Al día siguiente no salimos del hotel, nos echamos varios polvos y hablamos de nuestro futuro juntos, al menos por un tiempo

Hoy día con mi madre, vivimos juntos, somos madre e hijo solo para las apariencias y hemos experimentado nuevas sensaciones que con gusto les contaré en otro momento.

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