domingo, 15 de junio de 2008

MI SIRVIENTA TETUDA III


MI SIRVIENTA TETUDA III

MI SIRVIENTA TETUDA III Si estaba en el paraíso antes de llegar mi familia, ahora disfrutaba de una sensación que nunca pensé llegar a vivir

Ante la insistencia de mails y a petición popular aquí tenéis la tercera parte del relato de mi amigo:Si la felicidad tuviera una imagen esa era la nuestra, los tres en la cama, follando como locos. Si el cielo existe, debe ser algo así, un tío follando a una tía imponente despatarrada, pidiendo más y más, con las tetas al aire enormes y otra tía tan buena como la anterior sobándole el culo al tío por detrás y pasándole los pechos en forma de caricias, girándose y metiéndole un pezón en la boca y el tío como loco embelesado sin saber adonde prestar atención.

Ese es el cielo, eso es lo más grande. Bueno no es que yo fuera un obseso, todo surgió de repente. Si leéis mis relatos anteriores veréis que estas cosas pasan así, una cosa lleva a la otra y al final no lo puedes controlar, te sale bien, como cuando te toca la lotería y no sabes porqué a ti. Pues estas dos tías de cuerpo generoso, como a mí me gustan, más bien rellenitas, maduritas, tetas grandes, lencería muy fina y escasa, chochos peludos bien negros y pezones como mi dedo meñique, se me presentan a casa, la una para ser mi sirvienta mientras durasen las vacaciones de mi familia y la otra porque era su amiga y, ya que una se venía a vivir conmigo porque abusaban de ella donde le alquilaban la habitación, pues la otra que era su amiga y puta a la vez, pues muy harta de chupar pollas de tíos viejos y asquerosos quería cambiar. La verdad que viniendo a mi casa ni una dejó de ser abusada ni la otra dejó de chupar pollas, así que se demostraba que no era que no les gustara sino que pensaron cambiar de aires y hacerlo con un tío más elegante, o sea un servidor de ustedes.

El caso es que habían pasado los veinte días de felicidad, no nos bajábamos de la cama casi ni para mear, bueno aunque al principio practicamos un poco lo de mearnos unos encima de los otros y luego chuparle el cuerpo al otro, el juego dejó de hacernos gracia porque era un asco y había que cambiar la sábanas cada vez, en fin que íbamos a mear, pero poco más, Leo la puta, nos preparaba algo rápido para comer y tras un rato de siesta no demasiado largo, ya empezábamos a enredarnos, mi mano a la teta más cercana, la boca al pezón más suculento, sus bocas a mi polla y la otra mano al culo que quedaba libre.

En esa circunstancia de dejadez y placer absoluto notamos que sonaba la puerta.

-Joder, pero ¿qué día es? ¿No será mi mujer?Las vacaciones había terminado y mi mujer y mi hija asomaron por la puerta. Mi mujer era delgada rubia, plana y descaderada, lo contrario de mis amantes y sirvientas fieles que me acompañaban en la cama matrimonial en ese momento. Mi hija tenía mejor cuerpo, salía a mi madre, mejor pecho, rubia, caderas regulares, estaba bastante bien, alguna vez me había sorprendido mir&aacut Juan por favor, tenemos que hablar, te esperamos en el salón.
Me puse los calzoncillos y salí, la verdad es que me sorprendió su reacción, no me la imaginaba tan moderna ni liberal.

-Juan, reconozco que en parte tengo culpa de esto, cuando un hombre no goza con su mujer tiene que buscarse la fiesta fuera. No esperaba que hubieras llegado tan lejos como para hacerlo con dos a la vez, pero yo venía dispuesta a cambiar nuestra relación y eso es lo que voy a hacer.

Se me acercó y me besó, con una mano me acariciaba la polla despacio, la verdad es que sabe lo que me gusta y si quiere lo hace bien. Le hice una mirada como diciendo que estaba Mar delante.

-No importa Mar es una mujer y tiene que aprender para que no le pase lo que a su madre, además nadie le va a enseñar mejor que sus padres ¿no?Yo alucinaba, pero me parecía genial, mi mujer estaba desconocida, no solo no estaba enfadada sino que le había puesto cachonda verme con dos zorras en la cama. Se iba desnudando mientras me besaba y no dejaba descuidada mi polla que ya daba todo lo que podía.

Mi hija estaba un poco colorada, no se imaginaba eso de mamá, aunque realmente no era la primera escena porno que presenciaba, alguna vez había ido con una amiga a una sala de boys donde el chico se lo había montado con alguna actriz porno tras los cristales de una cabina. Pero aquellos eran sus padres y lo iban a hacer delante de ella. Leo y Eli miraban desde la habitaci


ón, asomadas a una rendija de la puerta, al ver lo que pasaba decidieron adelantarse discretamente, desnudas como estaban se acercaron por detrás a Mar y le acariciaron los hombros bajando por su espalda hasta el broche de su sujetador, lo desabrocharon. Mar se estaba poniendo realmente cachonda porque mientras los papás follaban ella se metía el dedito dentro de su vaginita que estaba libre con su tanguita a un lado. Leo se agachó y comenzó a acariciar con sus tetorras las piernas de Mar, ella sintió un escalofrío, nunca antes lo había hecho con una mujer, bueno sí, un beso en los labios de su amiga Marta, pero nada más. Leo acercó su teta a la vagina de Mar, ya estaba húmeda y a Leo le gustó la sensación.

Eli seguía despojando a Mar de su blusita y sacando el sujetador por sus brazos, ya tenía sus tetas al aire. Le estaba viendo las tetas a mi hija por primera vez, tenían buen tamaño aunque no enormes como mis sirvientas, aureolas rosita claro y pezón rosita un poco más oscuro. Yo estaba tumbado boca arriba y tenía una vista de Mar fantástica, con sus tetas al aire y su coño rubio peludito acariciado por las tetas de Leo. Mi mujer me montaba como una loca arriba y abajo encima de mi pene erecto, era lo más, si estaba en el paraíso antes de llegar mi familia, ahora disfrutaba de una sensación que nunca pensé llegar a vivir. Las posibilidades se multiplicaban delante de mí, dos mujeres más a mi disposición, dos pares de tetas más, dos coños más. Mi mujer seguía saltando gimiendo y casi llorando de pasión, yo le acariciaba los pezones aunque no tenían nada que ver con los de Leo. A mí realmente lo que me estaba encantando era la escena de tres mujeres dándose placer que tenía a mi hija como figura central. Eli la tenía cogida por detrás y le amasaba las tetas mientras que las suyas rozaban y acariciaban a mi hija por su espalda. Leo lengüeteaba el coño de Mar, literalmente la penetraba con su lengua, no sé si mi hija es virgen, pero la enorme lengua de Leo le entraba enterita y luego pude observar que cambiaba su lengua por su dedo índice y le entraba entero, seguro que no es virgen, se lo ha debido montar con algún compañero de Universidad.
que no lo había probado antes y tengo miedo de que no le compense hacerlo conmigo teniendo mujeres en casa que la den placer tan gratificante. Leo y Eli siguieron a nuestro servicio durante bastante tiempo y tal vez ese período de mi vida fue el más feliz.”

Mi amigo Juan me dejó estos tres auténticos regalos en forma de relatos, os recomiendo que los leáis. Me interesan los comentarios de mujeres, lesbianas o bisexuales, que les guste relaciones maduras y que cuiden de su lencería como yo.

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